La prefilatelia. El correo antes de los sellos

El camino de carro más próximo a Andorra era el que comunicaba Puigcerdá con Lérida por el valle del Segre. Esta proximidad influyó en el hecho de que la estafeta de correos de la Seo de Urgel, ya al final del siglo XVIII, canalizara el volumen más importante de cartas hacia los Valles de Andorra. Dos veces por semana, con mula, se recogían y se llevaban las sacas. Desde la Seo de Urgel salían dos itinerarios recorridos en algún tramo a caballo y en otros en carro que llegaban hasta Puigcerdá (12 h 15 min) y hasta Tiurana (10 h 15 min) y de allí respectivamente hacia Francia y hacia el tren de Zaragoza a Barcelona.

La natural dependencia de Andorra del servicio de correos de la Seo de Urgel, en un momento de fuerte influencia del copríncipe episcopal (1822-1881), preocupó al Gobierno francés ante la posible pérdida de protagonismo en los Valles, por lo que organizó, entre 1837 y 1840, un servicio de correos con diligencia hasta Hospitalet y de allí a pie hasta Soldeu y Andorra la Vella (11 h 30 min), donde abrió una cartería. Las voces de protesta de los sectores próximos al copríncipe episcopal obligaron no obstante a cerrar la oficina casi de manera inmediata.

 

Nacimiento del correo e invención del sello. La primera cartería

En el siglo XIX, las cartas que llegaban de la Seo de Urgel o de Hospitalet se dejaban en el Hostal de Cal Calones de Andorra la Vella, que hacía las funciones de cartería. Un testigo de la época describe la cristalera del hostal llena de cartas sin reclamar, hecho que pone de manifiesto las limitaciones y el alcance del servicio en los Valles. Esta realidad condicionó de manera negativa las iniciativas de hacer una serie de sellos españoles (1875) y de establecer una marca de paso francesa (1882) propios para Andorra. Las cartas continuaron franqueadas con sellos españoles o franceses y con marcas de las oficinas de la Seo de Urgel o de Porta hasta entrado el siglo XX.

 

Los problemas con el telégrafo

Dentro de la misma política de aumentar y de consolidar el grado de influencia francesa sobre Andorra, en 1881 se iniciaron los trabajos para extender la red telegráfica de Porta hasta Sant Julià de Lòria. Este esfuerzo intencionado de modernización se materializó con la apertura de estaciones en Soldeu, en Encamp, en Andorra la Vella y en Sant Julià de Lòria. El nuevo sistema de telecomunicación permitía transmitir un telegrama de Soldeu a Calais (a unos 1.750 km) en unas 3 h 45 min. Esta acometida contra el proteccionismo feudal del copríncipe episcopal comportó la reacción de una parte de la sociedad andorrana, que saboteó la línea hasta conseguir cerrarla.